El deporte como herramienta de bienestar, aprendizaje y sostenibilidad
La práctica de actividad física ha llegado a adquirir una posición preferente dentro de los hábitos que constituyen el estilo de vida que caracteriza a nuestra época. No sólo nos referimos a lo que es la práctica de la actividad física por la obtención y beneficio del ejercicio físico que puede traernos, sino también por la posibilidad de ir incorporando el bienestar y amplificar el avance de la calidad de la vida.
Más de cien millones de personas a lo largo de todos los continentes practican la actividad física para dar equilibrio a su cuerpo y su mente, prevenir enfermedades, incrementar la vinculación con su medio y su comunidad. Este contexto universal del deporte es, además, el que se va configurando como una importante herramienta de formación en el marco escolar y comunitario.
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Educación a través del deporte
En este contexto global, el deporte también se está constituyendo en gran medida como una herramienta de formación tanto en el contexto escolar como en el contexto comunitario. Muchos programas de actividades de ocio también presentan actividades complementarias que favorecen la comunicación, el liderazgo y la expresión. Por ello, en algunos casos se promueve el aprendizaje de las competencias a adquirir incluyendo incluso herramientas de aprendizaje de las lenguas como las conversaciones en inglés que además de ampliar las habilidades comunicativas, mejoran los accesos a oportunidades académicas y profesionales. Esta herramienta de combinación de la actividad física con la formación intelectual refuerza la formación integral. Además, pone en escena un enfoque del desarrollo personal interdisciplinario.
La relación entre actividad física y educación no es casual. Un gran número de investigaciones concluyen que el movimiento permite acceder a determinadas funciones cognitivas, incrementa la capacidad de atención de la que se dispone y promueve la memoria. Por este motivo, muchas instituciones educativas de diferentes lugares del mundo han incorporado como rutinaria la práctica de rutinas deportivas que les acompañan. El deporte desarrolla la disciplina del respeto, la empatía, la resiliencia, valores que luego se ven aplicados a la práctica cotidiana del aprendizaje.
Salud física, bienestar y hábitos sostenibles
El impacto que aguarda la práctica habitual del ejercicio físico sobre la salud física es fundamental. No solo permite llevar el cuerpo en un óptimo estado, sino que se encuentra asociado con la salud y el bienestar en general. El deporte previene enfermedades circulatorias, mejora la capacidad respiratoria, el control del peso corporal, la movilidad, etc.
El deporte también se relaciona cada vez más con estilos de vida sostenibles. Por lo tanto, muchas propuestas educativas complementan sus recursos, como Promova en el centro de sus propuestas educativas, para fomentar el desarrollo personal. Se da mucha publicidad a la tendencia de actividades como el senderismo ecológico, la práctica de deportes en la naturaleza o las relaciones con un respeto adecuado a la naturaleza. Y ello representa, en el fondo, un incremento en el sentido del aumento de su preocupación por el cuidado del medio ambiente y en los hábitos de vida. El ejercicio físico se convierte en un compañero indispensable para mantener una buena vida.
También es oportuno considerar que el deporte debería ser visto como un recurso para la integración. Las actividades deportivas pueden cohesionar a personas de diversa edad, de diversa procedencia cultural o de diversos contextos sociales y económicos. De esta forma favorece la interrelación de las personas entre sí. Al mismo tiempo promueve un adecuado tejido social y comunitario. La existencia de equipos o grupos deportivos genera experiencias de participación en una tarea grupal. Gracias a ello, se consolidan la propia pertenencia, la solidaridad y el apoyo, actitudes necesarias y básicas a la hora de hacer frente a la exclusión.
La accesibilidad también es importante. En los cinco continentes se están poniendo en marcha alternativas para facilitar la práctica deportiva a personas con diversidad funcional. Es fundamental adaptar las instalaciones, incorporar material o promover especialidades deportivas inclusivas. Estas alternativas no solamente favorecen la generalización de la participación, sino que también contribuyen a la difusión de una práctica del deporte igualitaria. Gracias a ello, todas las personas pueden practicar el ejercicio como un derecho universal.
Innovación tecnológica y nuevas prácticas de las actividades físicas
La digitalización ha transformado la manera de practicar deporte. Desde aplicaciones de seguimiento físico hasta plataformas de entrenamiento en línea, la tecnología ha ampliado el acceso a rutinas guiadas, clases en vivo y programas personalizados. Esto ha permitido que más personas adopten hábitos deportivos sin necesidad de desplazarse o de contar con equipamiento profesional. Asimismo, la integración de sensores, wearables y tecnologías de análisis ha mejorado la seguridad, el rendimiento y la motivación de los usuarios.
Al mismo tiempo, los videojuegos activos, la realidad aumentada y la gamificación han creado nuevas experiencias que fusionan la diversión y el movimiento, para atraer a los más jóvenes y establecer relaciones positivas con el deporte desde la infancia.
Conclusión sobre el deporte y bienestar
De cara al futuro, el deporte debe tener una misión fundamental en la creación de sociedades más saludables, educativas y resilientes. Su carácter transversal permite la introducción del mismo en políticas públicas de salud y bienestar, programas educativos, actuaciones de tipo ambiental, prácticas de continuidad social, etc. La cuestión estará en garantizar su carácter accesible y en poner el foco en la práctica de forma sostenible, consciente y distinguible.
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